Grabar voces con buena calidad en un estudio casero ya no es un lujo exclusivo de los grandes estudios. Con el equipo adecuado, una buena preparación y un entorno controlado, podemos conseguir tomas limpias y con presencia.
Acá te doy algunas claves que he aprendido como ingeniero de sonido y locutor para que tus grabaciones de voz destaquen.
1. Cuida el entorno y la acústica
Uno de los factores más importantes es la sala donde grabas. Una habitación silenciosa, libre de ruidos externos o de máquinas, marca la diferencia entre una grabación amateur y una profesional.
Elige una habitación que esté lo más aislada del exterior posible (ruido de calle, electrodomésticos, cañerías, etc.). Evita superficies muy reflectantes o espacios vacíos, ya que las reflexiones del sonido pueden arruinar una buena toma.
Si no tienes un tratamiento acústico profesional, hay muchas soluciones simples y efectivas que puedes implementar:
– Coloca alfombras gruesas y cortinas pesadas para reducir reflexiones.
– Usa paneles absorbentes caseros o comerciales en las paredes principales.
– Coloca difusores o incluso libreros con libros desordenados para evitar paredes muy planas.
– Una pantalla acústica detrás del micrófono puede ayudar a controlar el sonido directo.
2. Elige el equipo adecuado
No es necesario gastar fortunas para lograr un excelente sonido. Un buen micrófono y una interfaz de audio decente pueden hacer maravillas si el entorno está controlado.
– Micrófono: Para voces habladas, busca un micrófono con buena claridad y bajo ruido propio. Puede ser de condensador, dinámico o USB. Acá me detengo, ya que existe el mito de que el micrófono debe ser de condensador. Pero hay micrófonos malos y buenos. Es preferible un buen micrófono dinámico (como el Shure SM7B) a un mic de condensador malo y barato. Es tu principal herramienta de trabajo – al igual que tu voz.
– El patrón polar cardioide es ideal porque rechaza sonidos no deseados desde los lados o detrás.
– Accesorios: Filtro anti-pop, soporte firme, cable balanceado y una base estable.
– Interfaz de audio: Un preamplificador de calidad y una conversión limpia son suficientes para empezar (No la necesitas si tu micrófono es USB)
– Audífonos cerrados para monitoreo de tu voz
3. Técnica de grabación: micrófono, distancia y postura
Aquí se combinan tus habilidades como locutor con la técnica de ingeniería. La colocación del micrófono y tu postura frente a él son claves para el resultado final.
– Sitúa el micrófono entre 10 y 15 cm de tu boca (para salas con mejor acondicionamiento acústico)
– Usa la técnica ‘close mic’ para minimizar el efecto de la sala (para salas menos tratadas)
– Mantén una buena ganancia de entrada que sea suficiente como para no saturar ni que la grabación quede muy baja de nivel.
– Cuida tu hidratación y evita ruidos de papeles, ropa o clics de boca.
– Realiza varias tomas para tener opciones y elegir la mejor interpretación.
4. Limpieza del audio
Incluso con un entorno bien tratado, siempre habrá pequeños ruidos, errores o imperfecciones. La postproducción te permite limpiar y pulir la grabación hasta alcanzar un gran resultado.
Evita el uso de herramientas de reducción de ruido, ecualizadores, compresores, etc (déjaselo a los profesionales)
5. Buenas prácticas finales para la sesión
– Haz una prueba de sonido antes de grabar y escucha con atención cualquier anomalía- para eso tienes tus auriculares.
– Registra varias tomas por seguridad.
– Mantén el ambiente de grabación constante, en silencio, y sin ventiladores activos.
– Realiza copias de seguridad de tus archivos inmediatamente después de grabar.
Conclusión
Grabar voces con calidad cercana a lo profesional en un estudio casero es totalmente posible si cuidas los detalles. Con dedicación y oído crítico, tus grabaciones pueden sonar tan bien como las de un gran estudio. La clave está en escuchar, ajustar y mejorar constantemente.
JuanJosé Baeza.
Ingeniero en Sonido.
